Ghost of Tsushima

Sucker Punch nos lleva a la invasión mongol de la japonesa isla de Tsushima para encarnar el papel del samurai superviviente del ataque inicial Jin Sakai, con el que debemos recuperar la isla.

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El código samurai es muy importante para sus miembros: honor, lealtad, valentía, respeto, cordialidad. Todo un ejemplo. Pero en tiempos de guerra y en terrible inferioridad armamentística, Sakai tiene que reinventarse y eso le lleva a convertirse en el Fantasma de Tsushima, cuyas acciones no encajan exactamente en el perfil del buen samurai, pero se convierte en el ídolo popular para la expulsión de los invasores de la isla.

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Así pues, Jin contará con su katana como arma principal, pero también tendremos un repertorio de arcos y herramientas más del uso propio de un ninja que de un samurai que va de frente. El sigilo se convierte en el 50% del juego más o menos, si bien siempre puedes enfrentarte de manera honorable y mantener combates eternos contra un elenco de enemigos que no pasa de 5: espadachines, portaescudos, lanceros, salvajes y arqueros. Podremos adoptar posturas que facilitarán la rotura de la defensa de los 4 primeros más rápidamente, pero a todos les caerá la misma ley del acero: reventar triángulo mientras esquivamos o rechazamos golpes para contraatacar. El combate es satisfactorio en cuanto a la contundencia de los golpes. Rápidamente adquiere Jin habilidades - incluso demasiado rápido se podría decir, de tal manera que no resulta un juego nada complicado en el nivel difícil. También tendremos combates 1 vs 1 con una presentación muy épica. Son combates que funcionan como jefes y en donde habrá que estar muy atento a los patrones de ataque del rival. 

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La historia se desarrolla siguiendo unas 10 misiones principales encuadradas en 3 actos. Contaremos en cada parte con misiones de aliados, con su historia elaborada y que nos echarán una mano para expulsar a los mongoles. Finalmente, hay una suerte de misiones secundarias básicas consistentes en matar, rastrear, matar y matar. El mapa está lleno de coleccionables que aumentarán nuestra salud, determinación, colores de la katana o sombreros. Un detalle que diferencia el juego de otros es la práctica ausencia de marcadores, siendo el viento quien te guía. Sucker Punch ha tenido mucho ánimo en sumergir al jugador en el ambiente japonés, y tendremos santuarios que escalar y hasta la posibilidad de componer haikus, que al principio está bien, pero terminan haciendose mecánicas muy cansinas. 

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Ghost of Tsushima entra por los ojos. Su mayor esfuerzo está aquí: un imponente apartado artístico que hace que desgastes la función de hacer fotos, la cual tiene hasta un acceso directo con un botón dedicado a ello - no hace falta indagar por qué. Sin embargo, da la sensación de que las mayores ideas paisajísticas las han tratado de ponerlas todas en la primera parte, pues esa zona es muy bella, bajando el nivel mucho conforme avanza la isla. La última parte está totalmente cubierta de nieve y en comparación hay muchas menos misiones y secundarias. Da la sensación de que el final está algo recortado: nos bombardean con la gran tormenta que va a ocurrir para el ataque final durante varias misiones y luego no ocurre nada de eso, caen 4 copos de nieve. Extraño, cuanto menos. Me ha faltado una banda sonora algo más contundente. 

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Nota: 8. Ghost of Tsushima es una obra muy bonita de ver. Pasado este impacto, tenemos un juego con una jugabilidad bien ejecutada, un combate que una vez dominadas las posturas y los objetos resulta divertido. El juego termina haciéndose repetitivo al contar con muchísimo contenido de relleno que no aporta gran cosa y da la sensación de que en las horas finales algo no concuerda y se resolvió de una manera para pasar el trámite.



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