La saga Souls se ha convertido por méritos propios en los últimos años en una referencia, creando su propio subgénero dentro de los RPG. Los Soulslike son, en definitiva, juegos que han marcado a un montón de atrevidos jugadores que han tratado de superar el reto que proponen. En Dark Souls 3, al igual que en todos los juegos de From Software, la historia queda en un segundo plano. A través de descripciones de objetos o conversaciones con personajes, se puede desentrañar el contexto en el que el jugador se ve inmerso. No es lo más importante de la saga, donde brilla Dark Souls es en su jugabilidad. Armado con escudo, brillante armadura y espada, lanzando bolas de fuego, poderosos hechizos o milagros, blandiendo espadones como si fuéramos Cloud... cada jugador puede configurar a su personaje al gusto, tenemos máxima libertad a la hora de cambiar parámetros. Montones de armas y posibles estrategias aguardan para afrontar los retos en forma de intrincados niveles, trampas...
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